La factura simplificada se utiliza en determinados casos en los que no es necesaria una factura completa. Este tipo de factura se ha potenciado desde 2013, en sustitución del ticket, que ya no se acepta como documento contable.
Casos en que se puede emitir una factura simplificada
Se deben cumplir una serie de condiciones para poder emitir una factura simplificada en lugar de una factura completa. Los requisitos de la factura simplificada son los siguientes:
- Facturas cuyo importe sea como máximo de 400 euros (IVA incluido).
- Casos en que deba expedirse una factura rectificativa.
- En situaciones en las que tradicionalmente se permitía la sustitución de tickets por facturas, siempre y cuando no se excedan los 3.000 euros (IVA incluido). Este último caso comprende los supuestos siguientes:
- Ventas al por menor, en las que el destinatario de la operación no actúe como empresario o profesional.
- Servicios en ambulancia.
- Ventas o servicios a domicilio del consumidor.
- Transporte de personas y equipajes.
- Servicios de hostelería y restauración.
- Salas de baile y discotecas.
- Servicios telefónicos prestados mediante cabinas o tarjetas magnéticas o electrónicas recargables que no permitan la identificación del portador.
- Servicios de peluquerías e institutos de belleza.
- Utilización de instalaciones deportivas.
- Revelado de fotografías y servicios prestados por estudios fotográficos.
- Aparcamiento de vehículos.
- Servicios de videoclub.
- Tintorerías y lavanderías.
- Autopistas de peaje