Los trabajadores autónomos están obligados a emitir facturas por sus trabajos. Por este motivo, deben conocer bien cómo completar estos documentos de la manera correcta para que no ocurra ningún inconveniente ni con sus clientes, ni con la Agencia Tributaria.
El autónomo debe cargar un IVA a cualquier empresa o profesional al que emita la factura. Este IVA puede ser el IVA general, que es de 18%, o alguno de los demás tipos de IVA, dependiendo de la actividad.
Luego de añadir este porcentaje de IVA, el autónomo debe descontar el IRPF. El porcentaje habitual que se suele descontar por concepto de IRPF es de 15%. Además, si nos encontramos dentro de los tres primeros años en los que ejercemos como autónomos, se nos da el beneficio de aplicar un IRPF de 7%.